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Etimología de Ecología; Arts and Crafts

⏰Tiempo de lectura: 6 minutos

Carmen Abril Martín

Traductores de lo invisible, artistas de la ciencia: Afables señores victorianos

Mucha gente no lo sabe, pero “ECO” viene de “OIKOS” y “oikos” no es una marca de yogures, sino “CASA” en griego. La palabra ECOLOGÍA (ÖCOLOGIE) quiere decir, en términos de etimología estricta, “estudio de la casa, del lugar donde se vive”. 

La utilizó por primera vez (en 1866) el zoólogo y biólogo alemán E. H. Haeckel. Haeckel era uno de esos señores victorianos de apariencia afable y encantadora a quienes, a falta de una tecnología mejor, tocaba reflejar los hallazgos avistados en sus microscopios a través de los dibujos de su propia mano, convirtiéndose, sin pretenderlo, en traductores de lo invisible, en artistas de la ciencia en su vertiente más minúscula.

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E. H. Haeckel
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Dibujo de E. H. Haeckel
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Dibujo de E. H. Haeckel
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Dibujo de E. H. Haeckel

Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) es la versión española -concretamente aragonesa- de este tipo de señores y sus dibujos son una exquisitez que os animamos a explorar y en los que, según algunos entendidos, se inspiró fuertemente Louise Burgeoise para sus últimos dibujos. (Louise es una de las artistas contemporáneas más reconocidas, suya es la famosa araña del Guggenheim, que representa a su madre, tejedora de profesión). Pluma en mano, demostró que el tejido cerebral está compuesto por células individuales -las neuronas- conectadas entre sí. Además de un gran científico y un considerable artista, Santi era muy deportista, muy humanista, y uno de esos hombres de cuya multidisciplinariedad  Da Vinci estaría orgulloso y que al resto de mortales nos hace sentir fatal con nosotros mismos.

Neuronas conectadas (Santiago Ramón y Cajal)
Santiago Ramón y Cajal

Algo más joven que Haeckel -no sabemos si llegaron a conocerse- compartió el Premio Nobel con Golgi (el del aparato de Golgi), otro buen hombre al que seguramente le tocase dibujar sus hallazgos.

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Científicos artistas aparte

Pues sí, la Ecología es el estudio del lugar donde se vive. Y en el caso de la Humanidad, este lugar es la Naturaleza. Se puede decir que, además de la Casa, la ecología también estudia las relaciones que mantenemos con Ella y entre nosotros (y que, en último término, le afectan a Ella también). 

Hasta aquí bien, pero, ¿Qué es entonces el Ecologismo? 

Siguiendo con la línea etimológica, ahora toca analizar el significado del sufijo -ismo. 

Según la Wikipedia (no nos compliquemos) un -ismo es una “tendencia de orientación innovadora, principalmente en las artes, que se opone a lo ya existente”. Es decir, que el Ecologismo, frente a la Ecología, no solo estudia la Naturaleza, sino que reivindica la necesidad de un cambio en la manera en que la entendemos y nos relacionamos con ella; un cambio en el estudio del Medioambiente (el Oikos) y un cambio en el diseño de las sociedades y sus relaciones entre sí (con el resto de especies y con la Tierra). 

La noción del arte revolotea alrededor, siempre presente.

Arts and crafts; arte y naturaleza para un mundo mejor

El Ecologismo surge como tal en torno al 68 (Club de Roma, WWF) -acordarse, ya hablamos aquí de sus inicios-, pero existe un antecedente, relacionado con el arte y el diseño; un movimiento cultural que llamaba al replanteamiento de relación del hombre con la Naturaleza. Durante los años posteriores a la industrialización -es decir, compartiendo época con los dos afables señores que veíamos arriba-, surge en Gran Bretaña una corriente de pensamiento que también puede decirse abuelo del ecologismo: El arts and crafts, cuyo máximo referente es William Morris (en la foto, rodeado de arts and crafts).

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William Morris

El arts and crafts, que surgió en Inglaterra pero se extendió como la pólvora por todo el mundo, era una forma de entender el diseño y la creación cargada de intencionalidad moral; se apelaba al valor del trabajo no mecanizado, a las propiedades espirituales de la artesanía y a la importancia de la felicidad y salud, postulando una especie de utopía regresiva, una vuelta al pasado y una reconstrucción de los vínculos con el mundo natural.

Frente la progresiva inmundicia y degradación psicosocial que suponían las condiciones de trabajo de la industrialización, el movimiento reivindicaba la importancia de que la gente trabajase en un entorno feliz, sano, y disfrutase de lo que hacían. 

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arts and crafts

Además de la preocupación por el medio de trabajo, este enfoque proto-ecologista también presentaba;

-Una nueva preocupación por lo doméstico y lo cotidiano; la casa era el centro de trabajo antes del surgimiento de las fábricas. Desde el inicio, el movimiento  estaba enfocado en la producción de mobiliario y objetos de decoración de calidad y belleza que hiciesen la vida de la gente más agradable. 

-Una importancia clave del factor comunitario; los practicantes del arts and crafts no trabajaban como artistas independientes, sino como una comunidad artesana. 

-Una fuerte inspiración en el mundo natural; vegetales, aves, astros…todo gira en torno a la Naturaleza, que se presenta como antónimo del ambiente fabril y fuente de vida y de creación artística.

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Las mujeres -como casi siempre apartadas del mundo del arte- tuvieron su pequeño hueco en este movimiento a través de las colchas o patchwork , elaboraciones que, al implicar costura, se consideraban “de su ámbito” y que hoy día constituyen una de las mayores joyas de este momento cultural.

patchwork

A pesar de su preocupación por el medio, por el hombre y de sus buenas intenciones, el arts and crafts no supo hacer frente a su hándicap principal: sus creaciones eran (irreductiblemente) caras, y, por tanto, inaccesibles al gran público, cuya vida pretendían acondicionar y endulzar. Ocurre aún hoy un poco con la filosofía “eco” y “bio”. Comprar productos de calidad, llevar una vida “ecológica” y sostenible, a veces parece fuera del alcance de todos. Sin embargo, es menester preguntarse si la otra cara de la moneda -consumir productos de bajísima calidad y obsolescencia casi inmediata de manera constante- es mejor para los bolsillos de las familias comunes o solo una manera de hacer que siga rodando la gran rueda del capitalismo que, ya vaticinaban los arts & crafts men, se está tragando la naturaleza y nuestra felicidad con ella.

A pesar del elitismo, sembrando ecologismo

Ecología, ya vimos, significa “estudio de la casa” y Ecologismo es la reivindicación de que se ha de cambiar el modo en que mantenemos la casa. Los hombres y movimientos que hemos visto aquí estaban preocupados por estas cuestiones (la Naturaleza, el Hombre, la Casa), aunque desde una perspectiva algo lejana, filosófica, etérea, sin -ismos. Oxigenaron no obstante la tierra y pusieron las primeras semillas en lo que más tarde habría de ser el Ecologismo, la protesta, el paso a la acción. Le pese a quien le pese, el movimiento crece por días y es ya uno de los frentes de pensamiento más potentes del mundo.

Cada vez cobra más fuerza y popularidad y políticos y empresas están ya buscando como locos el modo de hacernos creer que sí, que están de nuestro lado en esto (con la vista siempre puesta en nuestros votos y bolsillos); esta falsa preocupación tiene un nombre, “greenwhasing” (primo hermano del pinkwashing, ese proceso por el cual las multinacionales intentan hacerte creer que son feministas).

Sea como fuere, el caso es que el Ecologismo es ya imparable y que la Ecología está siendo constantemente cuestionada y perfeccionada en pos de un mundo más sostenible.

óvulos por Ramon y Cajal

¿Qué tiene que ver esto con Castilla?

Pues mucho, muchacho.

Para empezar: una de las soluciones que se ha pretendido aplicar al vaciamiento de la meseta, una de las fórmulas que se han venido empleando para “rellenar” esta tierra, son las macrogranjas. 

Repaso de lo aprendido en el artículo con Pisoracas:

Problemas; no hay nada más contaminante que una macrogranja; el impacto medioambiental es tremendo, y cualquiera que viva mínimamente cerca de una sabe a qué me refiero; respecto a las condiciones de los animales, pues a saber…dependerá del ganadero en cuestión y en teoría tienen unos exigentes requisitos europeos de bienestar animal que cumplir (aun así, si yo fuera cerdito, preferiría pastar tranquilamente en una dehesa). 

Otro problema es el falso reclamo de la generación de empleo; automatizadas como están, a la última, las macrogranjas apenas generan puestos reales de trabajo. “Algo es algo” pensaréis quizá. Pues no creo. En los sitios donde se están abriendo granjas de este tipo los vecinos protestan, se congregan, se levantan “Repoblar con humanos, no con marranos” es el lema. Y, aunque hace gracia, el tema es chungo, la verdad. Si generas dos puestos de trabajo por 4mil cabezas de ganado y el efecto a medio y largo plazo es que empeoras radicalmente la calidad del entorno, el resultado en cuanto a saldo migratorio termina siendo negativo.

Por otro lado, el gran problema de los cultivos de cereal de Castilla es que son improductivos en términos de mercado: no son capaces de competir en precio con los de otras partes del mundo (cuyos precios supercompetitivos suelen ser fruto de la explotación humana o de los cultivos hiperextensivos que se llevan por delante ecosistemas enteros) así que se sostienen gracias a subvenciones. 

La agricultura ecológica y de proximidad (pues no hay nada más ecológico que ahorrarse el transporte en trasatlántico de los productos que compramos) se viene revalorizando en todo el mundo y también en Castilla, pero es necesaria una inversión en infraestructura, en formación y recursos, así como un cambio de paradigma ideológico respecto al consumo, para que cuaje bien en el comercio comunitario.

En Castilla hace falta, en fin, más Ecologismo. No greenwashing de anuncio, no, Ecologismo de verdad. Y ni siquiera ya hablando en términos ético-morales; se trata de un movimiento que puede salvarnos la vida a nivel económico, lo que, guste o no, implica salvarnos la vida a todos los demás niveles.