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Carreteras (infinitas) secundarias

⏰Tiempo de lectura: 2 min

Mario San Cristóbal Bravo

Nunca he encontrado atractivo en la muchedumbre, quizás por eso uno de mis descubrimientos favoritos de estos últimos años -en los que el distanciamiento social se ha impuesto- ha sido la carretera secundaria, como concepto, si es que se puede calificar de tal.

La humilde vía de comunicación de un único carril, alfombrada de brea de forma más o menos aceptable, el camino que conduce a los lugares más aislados de la geografía castellana.

Más allá de la labor fundamental de unir unos lugares con otros, la carretera secundaria te descubre paisajes imposibles de disfrutar en las clásicas vías de doble sentido y te acerca a rincones a los que jamás te llevarán las burguesas y aceleradas autovías.

Bien es cierto que hay veces que las curvas te hacen arrepentirte del chocolate con churros de la mañana, o que algún bache te hace sufrir por la integridad de tu coche o de tu cráneo, pero cuando después de esos meandros de asfalto aparece ante ti un valle arbolado o las ruinas de un imponente monasterio, se olvida lo duro del trayecto.

Foto 4
foto de Mario SCB

Un perfecto ejemplo de este tipo de vía es, por ejemplo, la llegada a Peñafiel desde Mambrilla de Castrejón, donde el imponente castillo de Peñafiel aparece varado en lo alto del cerro más alto del pueblo; o la carretera que une Valdezate con Caserío de San José, donde la meseta castellana se derrama a ambos lados del firme haciendo que el viaje se asemeje a navegar sobre un tranquilo mar de espigas; o la carretera que permite llegar a Villaverde de Montejo desde Montejo de la Vega de la Serrezuela, la cual asciende serpenteando por las hoces que dibuja el río Riaza.

Foto 3
foto de Mario SCB

Si todo esto fuera poco, decía al principio que estas humildes calzadas permiten que los habitantes de las pequeñas poblaciones diseminadas a lo largo de dichos trazados puedan acceder a los servicios que, en muchos casos, se les niegan y que, en muchos casos, son indispensables para la vida.

De este modo, y no de otro, llegan a los más pequeños núcleos de población de la geografía castellana el panadero, el del pescado, el bibliobus o ese hijo nieto hermano que en su día hubo de marchar a la ciudad para buscar su porvenir.

Foto 6
foto de Mario SCB

En conclusión, Castilla vuelve a esconder sus encantos al perezoso, sirviéndose de estas duras vías para ocultar muchos de sus tesoros. Sirva este breve artículo para homenajear a estos «caminos de cabras» y para animar a quien se encuentre al otro lado de la pantalla a superar su reticencias y adentrarse en las profundidades, pues la experiencia –como diría la famosa guía Michelin- justifica de por sí el viaje.

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foto de Mario SCB

Epílogo

 En verano recibimos un libro. Como redacción no nos había pasado nunca y como influencers tampoco (jeje). Nos encantó la sensación (que conste, podéis enviarnos cosas). El libro en cuestión se llamaba “Tierra de campos infinitamente”. Este nombre hace que case perfectamente con el guiño a Sidonie que hacemos en el título de este artículo, pero no es la razón de que hayamos elegido este momento para hablar de él. “Tierra de Campos infinitamente” le viene al pelo a este texto sobre carreteras secundarias porque está compuesto por los viajes de carretera de dos amigos (Jorge Praga y Manuel Abejón) que, pluma y cámara en mano, respectivamente, se echaban a la menor oportunidad a las carreteras secundarias de Tierra de Campos (incluidas algunas las que menciona Mario en el artículo), e iban paladeando el viaje -como debe ser- exploraban los pueblos, hablaban con la gente, lo databan todo.

Tierra de Campos, lo hemos comentado aquí en algún artículo, es el adalid de la esencia Castellana (e incluye en parte a León, yass) a lo largo de mas de 300 páginas ellos van desgranando sus pueblos, su patrimonio y sus gentes, con calma y cuidado; con la espontaneidad del viaje de carretera y la profundidad de un auténtico estudio sociológico o etnográfico.

Se puede comprar online y nosotras os lo recomendamos mucho y, sobretodo, os recomendamos que lo uséis como una guía, que cojáis ideas, que empecéis a pasar los domingos en la carretera.