Hoy (2/03/23) La perdiz roja cumple 2 años y un día. No hemos podido evitar ponernos un poco nostálgicas y hemos sacado del cajón un artículo que nunca se llegó a publicar, “Objetivos y motivos”. Era un artículo importante: hablábamos de qué queríamos hacer y de porqué creíamos que era importante hacerlo, pero, como ya habíamos tratado estas cuestiones en Hola a todo el mundazo, no quisimos aburrir al personal.
Hoy, que somos muchos más (¡gracias!), que ya hemos andado un poco y vamos sabiendo lo que vale un peine, hemos decidido rescatarlo, abrazado, eso sí, por dos anexos que, como los dos panes de un bocadillo, lo contienen y le dan forma: Dificultades y agradecimientos.
Bon apetit y gracias por llegar hasta aquí.
Pa’lante con todo.
Dificultades
En el contexto actual, de hiperconsumo e hiperoferta, los expertos en marketing le dan una gran importancia, en cualquier tipo de proyecto, a la localización de tu target (o, para los anglófonos), tu nicho de mercado. Encuéntralo, defínelo, delimítalo bien. Después tienes que estudiarlo: escúchalo, compréndelo, descubre qué es exactamente lo que quiere y convéncele de que, a través de tu producto, conseguirá eso y más. Tienes que medir bien las características del nicho, su profundidad, sus contornos, su grado de humedad y entonces y sólo entonces podrás llenarlo a presión con tus productos.
Una de las primeras dificultades que tuvo que encarar este proyecto fue que no nació contemplando un target al que ajustarse: buscaba, de hecho, lo contrario. Generar un target, que el target espabilase, que se ajuste él a nuestro producto. Había que excavar en la piedra ese nicho dentro del que nos queríamos situar. Partíamos de la idea de que a los jóvenes no les emocionaba Castilla y queríamos convencerles de que sí a través de un formato que sabíamos a ciencia cierta que les emocionaba todavía menos: el parrafazo, el #muchotexto, la palabra escrita.*

Si los expertos en marketing llaman la atención sobre la importancia de los target, los expertos en sociología lo hacen sobre un fenómeno probablemente subproducto del mundo globalizado e hiperconsumista en el que los target son fundamentales, algo que llaman aceleracionismo. Este aceleracionismo, del que ya hemos hablado en alguna ocasión, afecta a todos los aspectos de nuestra vida y, desde luego, afecta también a nuestras capacidades cognitivas. La gente lee menos, la gente lee peor, la gente no lee. Ni cosas que le interesan, ni cosas muy cortas, ni cosas que están en letras de colorines, que se mueven, parpadean y explotan. Ni con esas. Empeñarnos en hacer publicaciones #muchotexto en la era del Tiktok desde luego no fue una buena estrategia de marketing desde el inicio. Pero tampoco nos importó.
Los micro regionalismos, la fragmentación ideológica de esto que nosotras, a grossísimo modo, llamamos Castilla, también fue una piedrita en nuestro camino, aunque ciertamente pequeña. Al final, cualquiera que entienda el problema de esta tierra sabe que hay cosas mucho más importantes que las delimitaciones territoriales. Y a los que no lo entiendan, que sigan twitteando.
“En La perdiz roja, desde el principio, nos propusimos como objetivo elemental ser una guía para aprender a mirar Castilla de otra manera.”
No queremos detenernos mucho aquí, pero desde luego la precariedad y la falta total de financiación también han supuesto una dificultad importante en el camino. Si alguna vez hemos flojeado, hemos publicado menos, o comunicado peor, sabed que era porque estábamos sufriendo una crisis nerviosa por exceso de trabajo y falta de respaldos. Conciliar es difícil, y a veces la vida se hace bola. Ya lloramos un poco por esta cuestión en “el fin de semana que volvimos a creer” y, tal como se decía en ese artículo, al final siempre merece la pena.


No puede faltar, a modo de remate de esta sección de lamentos, una mención a la burocracia, la peor enemiga de cualquier persona que no posea toneladas de paciencia No sabemos si es porque somos idiotas, pero nos resultó muy difícil registrarnos como asociación. Sólo el hecho de conseguir un CIF requirió semanas de arduos procedimientos. No debe ser sólo cosa nuestra, pues las redes están llenas de bromas irónicas sobre lo demencial que resulta algo tan básico como obtener el Certificado Digital (es ilustrativo de esta odisea que sea requisito imprescindible tener Internet Explorer instalado. No una opción válida, no, requisito imprescindible. Y eso es solo el principio). Hay quien dice que la burocracia está tan complejamente urdida adrede, para desalentar a todos aquellos que no estén lo suficientemente convencidos de hacer lo que están intentando hacer. Una prueba de paciencia. Pues bueno, con alguna que otra lágrima, y como todas las anteriores dificultades mencionadas, la superamos.

Objetivos y motivos
Objetivos
Hay mucho por lo que sacar pecho cuando unx es castellanx. No queremos que ningún joven, de aquí en adelante, se encoja de hombros resignadx cuando oye decir que esto es un secarral. Esta es una tierra milenaria, hechizada y hechizante, y hay mucho por lo que enamorarse de ella. Sin embargo, como toda obra de arte, necesita unos ojos que enciendan las ascuas de su magia. En La perdiz roja, desde el principio, nos proponemos como objetivo elemental ser una guía para aprender a mirar Castilla de otra manera.
- Frente al frenetismo de las grandes ciudades, sus boinas de dióxido y sus cielos recortados, queremos reivindicar ESTE paisaje y ESTE modo de vida: La estética, la filosofía del campo y del pueblo, con la dignidad que se merecen.
- Los pueblos castellanos no deben ser jamás considerados un obsoleto abastecedor de cereal, se ha de tener en cuenta que precisamente ellos conforman la mayor y la mejor parte de nuestro patrimonio. Los pueblos han de ser considerados un lugar de culto, parte de nosotros, de nuestro legado.
- Los pueblos no son espacios de hostilidad y cerrazón, son espacios, de hecho, bastante acogedores, aunque a veces guarden otros códigos y no entendamos su manera de manifestarlo, y aunque, desde luego “haya de todo”. Debemos considerarlos siempre como un posible refugio y como una opción de vida (si no se tiene, se puede buscar, el pueblo puede y querrá siempre, adoptarte), en el menor de los casos, como un remanso de paz, calidad y disfrute.
- Queremos llamar, sin ningún tapujo y aunque sabemos que para muchos es impensable, a la antiemigración, al retorno al pueblo, al éxodo invertido. Por lo menos, a su consideración. Cuando se mejoren las comunicaciones y los servicios públicos (y para que esto ocurra es necesario que los reivindiquemos) los pueblos van a empezar a constituir un CHOLLO a nivel calidad de vida.
- Queremos encumbrar el ritmo de vida desacelerado y el crecimiento sostenible. Frente a la priorización de la productividad que se hace en los entornos urbanos, la vida en el pueblo supone la priorización de la salud mental y física y constituye un remanso inigualable para las mismas, como se ha visto en la última crisis sanitaria. Cuando uno busca un pequeño respiro, no hay nada más sanador que dirigirse hacia dentro y explorar la Castilla rural, y no hay nada más nocivo que echarse encima el agobio de emprender un viaje de huida a un frenético núcleo urbano.
- Queremos llamar, además, al re-hermanamiento castellano a través de lenguajes que todos compartimos; vino, gastronomía, arte, historia, paisaje. Llamamos al interconocimiento entre territorios. No puede ser que no vayamos a Zamora, a Ávila, a Léon cada vez que vamos a hacer una salida al campo. O a la montaña Palentina. NO puede ser que sigamos pensando en Castilla como una gran explanada de cereal y muriéndonos por ir a Madrid cada fin de semana a hacer colas y pagar las cosas al triple de su precio. Madrid está bien de vez en cuando, pero, amigos míos, hay que aprender a disfrutar también de nuestra comunidad.

Motivos
Vale, nuestros objetivos están claros: queremos que la juventud castellana se dé cuenta de que Castilla es la caña, con todo lo que eso implica, pero ¿Por qué?
Para empezar porque es nuestra. Porque nos estamos perdiendo una parte exquisita de lo que nuestra identidad como castellanos podría brindarnos, pero también y muy importante, porque hace falta.
Porque Castilla lo necesita.
Los regionalismos a menudo resultan rancios y parcialistas. ¿Por qué va a ser tu tierra mejor que la del resto? Pero es que no hay que reivindicar la supremacía, sólo el cariño. No hay nada de malo en amar lo que se tiene, en defenderlo de la pobreza y el abandono, en mirar con ojos maravillados en derredor, en vez de siempre hastiados, siempre dirigidos, con pesar, al césped del vecino, que desde aquí parece más verde.
El regionalismo que defendemos poco tiene que ver con otros regionalismos, nacidos del privilegio y con intención de blindarlo. Más que supremacista, es un regionalismo de supervivencia, nace de las cenizas (como hojas verdes en un viejo olmo hendido por el rayo) y Castilla verdaderamente lo necesita para sobrevivir. El regionalismo castellano es una cuestión de vida o muerte, una operación de rescate, aunque en el proceso y casi sin que nos demos ni cuenta, estamos seguras de que será Castilla la que nos rescate a nosotros.
En resumen, a la pregunta ¿por qué? la respuesta es:
Por nosotros. Por Castilla. Y otra vez por nosotros.


La vida lenta y el cielo alto, la comunión con la naturaleza y con una identidad cultural que nos es propia, las historias, las tradiciones, la buena comida; aunque sea en pequeñas dosis, en escapadas fugaces, todas esas cosas pueden hacer más por nosotros que un fin de semana en las Bahamas.
Hay otra cuestión, a la que está un poco feo aludir, pero que hay que tener en cuenta y es la siguiente: Pronto los grandes flujos turísticos, acostumbrados y cansados de lo de siempre, empezarán a dirigir su mirada hacia Castilla, comenzarán a apreciar -ya está pasando- el tesoro de cultura, paisaje y gastronomía que ofrece. Esto es positivo, pero es conveniente que nos adelantemos a ellos. Que lo redescubramos primero nosotros, lo valoremos, lo revaloricemos y entonces, preparados, acojamos los nuevos turismos. Sin desesperación, sin necesitarlos para reflotar nuestra tierra. Porque ya lo habremos hecho, previamente, sus paisanos. No abandonemos castilla y la malvendamos después, de forma abrupta, a los consumidores voraces que sin duda llegarán a probar sus mieles. Cuidémosla ahora, fortifiquémosla, y cuando estos vengan, los estaremos esperando, contentos y relajados, conscientes de lo que tenemos y de lo que somos: Habitantes de una tierra milenaria viva, a punto de resucitar, en un mundo en el que, pronto, la riqueza se medirá en tiempo, espacio, lentitud, y anchura celeste.”

*(Hay que decir que después, con el tiempo, nos fuimos dando cuenta de que algo de nicho sí que había. Mucha gente estaba ya esperando que se hiciese algo del estilo y nos recibió con palmas y con agradecidos ojos lectores).
Agradecimientos
Ha llegado el momento. Esto sí que va a ser lacrimógeno. Y además, seguro que nos dejamos a alguien y quedamos fatal. Es fácil que ocurra porque la lista de personas que nos han ayudado en este caminar de dos años es taaaaaaan larga como un día sin pan, pero allá vamos.
GRACIAS
A Miriapa y a Marina, que aunque ya no están, estuvieron y mucho. Sin ellas no habría sido posible, en plan literal, no frase hecha.
A Lucía Burón, que fue la primera persona desconocida que nos dijo que SÍ, que colaboraba, que qué ilusión, que qué guay. No estamos agradecidas sólo por ese primer SÍ vía DM, pero fue muy importante a nivel anímico y queríamos recordarlo. Pronto dejó de ser desconocida, además, y en el camino ganamos una amiga, además de una artista de calibre 8983763847 siempre dispuesta a la aventura y enamorada de las montañas.
A Miguel Seisdedos, que ya era amigo, pero nos regaló una versión de sí mismo casi tan valiosa como la que ya conocíamos: la profesional. Él profesionalizó el proyecto incluso antes de que nosotras hubiéramos terminado de creérnoslo del todo y a día de hoy sigue ahí, combinando risas, toques de atención y trabajazos para que LPR no pare de crecer. De hecho, dudamos si incluirle en los agradecimientos, porque él es parte de LPR tanto como nosotras.
A Nico Rodriguez, que además de una entrevista, nos concedió sus fotos, su visión, su compromiso y su entusiasmo. Y nos lo ha seguido concediendo todo a lo largo del camino. Fue la segunda persona desconocida que nos dijo que SÍ y quizá la primera que nos hizo sentir que estábamos empezando una revolución que se estaba pidiendo a gritos. También terminó siendo amigo. Además, Nico es la persona más castellana y más cool que conocemos, así que, además de todo eso, nos concedió inspiración.
A Miguel Sanchez, que nos animó desde el principio y nos insufló fuerza y coraje. Puso a nuestra disposición su experiencia, sus palabras, sus fotos. Todo a cambio de nada, sólo porque creía en nuestra causa.
A Pelayo, que cocinó la primera olla podrida, a Irina, que siempre nos ha sacado de apuros cuando necesitábamos un edit urgentemente. A Jorge Gutiérrez por lo mismo.
A María Blanco, aunque la cosa no cuajase. A Tino, a Castillect, a Edu Ibánez, a Nico Aldama, a Álvaro Merhgut, a las chicas del Arrebol, a Perra Nube, a Sancho Criado del Rey, a Emilio Arditi.
A todas las cerveceras que han participado en nuestros concursos y ferias (Vereda, Yesta, Mica, Octavo Arte, 90 Varas, Virtus, Casuar, Las llaves de San Pedro, La Candaja, La…)
A Maria Arias y a todos los alumnos de Who is in Simancas.
A la gente de Astromona, en especial a Mario.
A Lobotomy por sus edits y su artículo genial sobre Juana Galán.
A Rebeca Rodriguez, a Ines Garcia y a Carlos Vega, también por sus edits increíbles. A Lucas Enriquez y a Luismi Galán por sus artículos y fotos.
A Manu y Ariadna por compartirnos su proyecto de un mundo ideal.
A todos los que habéis participado en los Cuentos de Invierno edición 1 y 2.
A la gente del Espacio en Blanco.
A Andrea Vega. Victor Beltrán. A Linzex. A Curcue, a Ian/Volatyl. A Carrera (lo mejor en audiovisual que verán ustedes)
A Juan VG y Úrsula, los diseñadores más cañeros. A Lalo, a todxs lxs que participaron en el Fashion Film.
A Blanca Martín, por su idea de mercadillo circular.
A Cristina Corredera, la artista más versátil. A los Moraleja Films, por todo, pero sobretodo por ser tan geniales (besito especial para Kike y Sofi). A Sara Rivero. A Mario San Cristóbal. A Vanvuu por prestarnos pinturas que había hecho para el mismísimo C Tangana, a Joselito por escribir el artículo gastronómico al que acompañaron.
A Jorge del Espacio Joven Norte. A Nacho Prada.
A Los Dulzaineros del Picozo, en especial a Diego y Samu.
A todos los festivales que nos han brindado pases de prensa: Palencia Sonora, Covaleda, Mati rock, Músicos en la naturaleza, Astromona Fest.
A Chacho Cósmico y a todos los artistas que quisieron actuar en el castillo: Rey del pollo frito, La presidenta, Castora herz, Almudí, JM Quintana, Chalo, Elseide..
A Arritmethic por su canción, a las chicas de Algazara. Al Consejo de la Juventud de Valladolid, sobretodo a Manu.
A Kogor.
Al gran Luis Lera.
A todas las marcas que participaron en nuestro sorteo de Navidad (Facundo, Trapa, Pico Melero, Pecorea, Tiedra de Lavanda, Selectos de Castilla, Jarca, Sotomanrique)
A Carlos de Cavern, el mejor proveedor de camisetas de la meseta.
A David Ortega.
A Javier Colinas y a Raúl Vázquez, los mejores becarios que una destartalada revista pueda soñar.
A todos los que nos habéis ayudado alguna vez, GRACIAS. Y a todos los que hayamos podido dejarnos por el camino, además de gracias, perdón.

Y GRACIAS, por último, a todos los que nos habéis ayudado con vuestro apoyo, con vuestros ojos, lectores, con vuestras palabras de ánimo, con vuestra presencia o con vuestros likes en algún momento. Sois el mejor target que se puede soñar. Más que un nicho, el hueco que formáis es un panteón, aunque porqué recurrir a metáforas tan fúnebres cuando literalmente…
ESTO ACABA DE EMPEZAAARRRRRRRR