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Carmen Abril Martín
Al pensar en la relación entre Hollywood y España la cabeza se va automáticamente a los innumerables western rodados en Almería, o quizá a Heminway y sus relatos apasionados sobre los toros de Pamplona, pero lo cierto es que hay mucha, muchísima, tela que cortar en lo que a la relación Castilla-Hollywood se refiere.
Era imposible que la belleza rotunda de nuestra tierra -su soberbio paisaje, su ambiente solemne, sus castillos- pasase inadvertida a las sensibilidades especiales de ciertas figuras relacionadas con los altos vuelos de la producción cinematográfica americana.
En el texto que sigue no sólo se habla de grandes producciones rodadas en parajes castellanos; también de grandes historias llevadas al cine ambientadas en Castilla, de colosos del universo hollywoodiense fascinados por ella, por sus leyendas y personajes míticos…incluso de escandalosos títulos que fueron estrenados aquí (y también de un par de chascarrillos de prensa rosa, que no podían faltar)
El hilo conector que unía Castilla y Hollywood parecía fino al principio, pero hemos ido tirando de él en la Perdiz Roja y nos ha salido una buena madeja. Este artículo es un telar. Para su confección hemos utilizado retales obtenidos en articulillos de Internet, ciertas joyas que han llegado a nuestras manos a través de algunos colaboradores y un par de arreglos que nos guardábamos en la manga. El resultado es Castilla x Hollywood, una colcha de películas y anécdotas (al que siempre podrán añadirse, a modo de patchwork, las que nos vayáis contando)que echarnos sobre los hombros a modo de capa para sentirnos, al menos durante un rato, un poco más glamurosos. No es que lo necesitemos, pero nunca está de más.


Para empezar, y aprovechando que ya le hemos nombrado, cabe señalar que Por quién doblan las campanas, de Hemingway (obra maestra que fue llevada al cine por Sam Hood y protagonizada por nada menos que Gary Cooper e Ingrid Bergman), transcurre en la Sierra de Segovia, durante la guerra civil española. El libro, que es una exquisitez, nos deja fragmentos como éste en el que, ante el desenlace fatal de la batalla, uno de los personajes ve cada vez más probable la idea de su propia muerte y siente su alma castellana crepitar:
“Morir no tenía importancia ni se hacía de la muerte ninguna idea aterradora. Pero vivir era un campo de trigo balanceándose a impulsos del viento en el flanco de una colina. Vivir era un halcón en el cielo. Vivir era un botijo entre el polvo del grano segado y la paja que vuela. Vivir era un caballo entre las piernas y una carabina al hombro, y una colina, y un valle y un arroyo bordeado de árboles, y el otro lado del valle con otras colinas a lo lejos”
Respecto a la guerra, Hemingway escribiría también que la batalla de Guadalajara fue “la primera derrota del fascismo en Europa”.

Por cierto, los rumores cuentan que las dos superestrellas -Bergmann y Cooper- tuvieron un affair a raíz del rodaje de la película. No sabemos si es cierto o no, pero nos quedamos con que sí y, para terminar esta primera anécdota y aprovechando que el Pisuerga pasa por nuestra ciudada natal, traemos este otro fragmentito del libro:
“-¿Te gustan los toros a ti, camarada dinamitero?- preguntó Joaquín, dejando ver al sonreír una dentadura blanquísima.
-Mucho- contestó Robert Jordan-. Muchísimo
-¿Has visto los toros de Valladolid?- preguntó Joaquín
-Sí, en septiembre, en la feria.
-Valladolid es mi pueblo-dijo Joaquín ¡Y qué pueblo tan bonito! Pero, ¡cuánto ha sufrido la buena gente de ese pueblo durante la guerra!…”

Permanecemos en Valladolid sólo un momento, lo justo para reseñar que La Naranja Mecánica se proyectó por primera vez en España en Valladolid, precisamente en la SEMINCI del 75 , aún en periodo franquista. Este dato nos llegó a través de la propia SEMINICI, en el documental “La Naranja prohibida” de Pedro Garcia Bermudez (linkeado artículo de Jabois sobre el mismo) que os recomendamos ver y en el que se explican bien las circusntancias de este hito cultural tan raro en el que una de las ciudades más conservadoras de España se convirtió a botepronto en la más disruptiva (en fin, viva SEMINCI)

En Doctor Zhivago (el mítico film de David Lean, ambientado en los años de revolución rusa y en el que podíamos ver, entre otros, a una jovencísima Jeraldine Chaplin), Soria se convertía en nada menos que en La estepa rusa.


Lo cierto es que, sin autovía, ésta es casi tan remota como aquella, pero, sarcasmos aparte: la historia es que, para decepción del director, Soria no quiso regalar una estampa nevada ese año, por lo que parte del rodaje tuvo que hacer en tierras aún más frías, pero también castellanas. (Por supuesto, hablamos de Burgos.)

También en Burgos, concretamente en Santo Domingo de Silos, se rodó una de las escenas más famosas (el duelo final, en el cementerio de Sad Hill) de El bueno, el feo y el Malo. Hasta el rodaje de esta película Clint Eastwood trabajaba en una serie y se ganaba el pan como actor, pero no era ni mucho menos la estrella que vendría a ser después. Castilla le trajo suerte, se puede decir. Y eso que, según se dice, no aceptó por el dinero, sino por “pasar unos días en un país tan exótico”.

¿Qué hospedería centenaria acogería al bueno de Clint? Con su carácter, seguro que se enamoró de aquello, aunque no hay declaraciones al respecto. Lo que sí es evidente es que el paraje burgalés le sentaba de locos.

De quien sí hay declaraciones, quien llegó a confesar su amor por Castilla en una ocasión, sin que esta confesión tuviera por cierto demasiado eco, fue Orson Welles (para el delincuente que no lo sepa, Welles es el autor de Ciudadano Kayne y una de las figuras hollywoodienses más emblemáticas, revolucionarias y maravillosas de todos los tiempos), fascinado en concreto por Ávila de los caballeros.
En la entrevista, que os linkeamos, indagaban por su carácter apátrida y le preguntaban si había algún sitio en el que le gustaría establecerse de forma definitiva, quedarse a vivir. No lo piensa casi nada y sus ojos adoptan una expresión cándida y honesta cuando dice “Ávila”. El entrevistador tiene que confesar que le ha pillado, que no sabe dónde está.
“Está en la parte central de España y tiene un clima terrible: demasiado calor en verano, demasiado frío en invierno. Es un lugar extraño y trágico. No se porqué, pero siento algo muy especial por Ávila”.
Sobre el contraste de temperaturas del que habla y como éste es clave para la maduración de un fruto sabroso (válido también para los habitantes, jeje), hablaremos otro día, pero no dejéis de ver el vídeo, que es encantador.


La cosa es que la fascinación de Welles por Castilla no se quedó ni mucho menos cercada por las murallas de Ávila: Tanto Valladolid como Segovia acogieron el rodaje de Mr. Arkadin (55), una de las películas del autor en la que, igual que en Ciudadano Kayne, además de director era protagonista (Clint Eastwood se copió depués de este rollito, pero lo inventó Orson). Y no creáis que al amigo Welles le valía cualquier localización; el Alcázar por un lado y el Colegio de San Gregorio por otro, si de algo no se le puede acusar a esta leyenda del cine es de mal gusto arquitectónico.


Y por supuesto La Mancha. Para quien no lo sepa (esto es menos delictivo) Orson Welles era un apasionado de la historia de Don Quijote. Hacer una adaptación personal de la obra llegó a convertirse en su obsesión. “Don Quixote” fue su proyecto eterno, inacabado de hecho, para el que estuvo rodando a intervalos durante prácticamente toda su carrera. El propio Tim Burton hacia un chascarrillo en la película Ed Wood sobre cómo al autor le era imposible conseguir financiación para su proyecto soñado. Tras su muerte, su amigo Jesús Franco montó los pedazos con toda la coherencia posible, pero el resultado está lejos de ser la película que Welles se había imaginado. Destacar que, para Welles, “Quijote era el mito, pero Sancho era el personaje”. (Linkeados artículo y libro sobre esta profunda y quijotesca obsesión.)

Ya que estamos por fin en La Mancha os traemos la irrenunciable anécdota, también recogida en vídeo, de Saritísima Montiel y los huevos de Marlon Brando. Al parecer, en una ocasión casual le habló de los huevos a la manchega (con puntillita y ajos) que hacía y que le salían buenísimos. A las dos semanas, Brando se presentó en su casa sin previo aviso a las 5 y media de la mañana (probablemente resacoso) y le pidió que le preparase sus huevos famosos. Ella cumplió, y de lo que ocurriera después no sabemos nada.

Un saraut para Sara, que conquistó Hollywood más que la mismísima Rosalía y que contó incansablemente la anécdota en TV durante años para regocijo de toda España (en la foto está con James Dean, no con Brando).

Volviendo a la actualidad, pero permaneciendo en La Mancha, mención especial para Dolor y Gloria y sus casitas encaladas (Pedro es, definitivamene, parte de Hollywood aunque también sea Marca españa).

Sin duda un emblema de esta relación Castilla-Hollywood es El cid de Sofía Loren y Charlton Heston que se rodó en todas estas localizaciones castellanas: Ávila, Burgos, Belmonte (Cuenca), Gormaz (Soria), Toledo y León, aunque las más importantes fueron Ampudia y Torrelobatón (Palencia y Valladolid).


Muy recomendable, toca decirlo, la versión de El Cid que estrenó Amazon España el pasado 2019 (no dejarse llevar por la elección de Jaime Llorentelo como Rodrigo, la serie merece la pena)

A estos Rodrigo y Jimena, pareja legendaria encarnada por dos grandes (y guapísimas) leyendas, no tiene demasiado que envidiarle la de Audrey Hepburn y Sean Connery en Robin y Marian, rodada en Villalonso (Zamora).
Una servidora aún no la ha visto, pero está deseando, así como estoy deseando que este hilo no se corte, que se siga eligiendo Castilla como destino y como inspiración desde los altos vuelos de la creación cinematográfica (no necesariamente desde Hollywood, al que le han salido algunos buenos competidores últimamente) y que Castilla no deje de ser el emblema artístico que merece ser. Algunas escenas de El último mohicano se rodaron en las lagunas de Ruidera y El reino de los cielos, protagonizada por Liam Neeson y Orlando Bloom, también fue rodada aquí (concretamente en Segovia y cerquita de la Granja, debieron ponerse finos a judiones). Se comenta que Wes Anderson está buscado localizaciones por tierras castellanas y hay en marcha un proyecto francés muy ambicioso para recrear la vida de Santa Teresa. Queda aún mucha tela que cortar.
PD. Hay episodios y anéctdotas que se nos habrán quedado en el cajón de sastre, no dejéis de comentárnoslas, pero los que hemos hilado hasta ahora son suficientes para demostrar que Castilla y Hollywood han tenido y tienen más de un escarceo y que nuestra tierra es camaleónica y fascinante y un tesoro lleno de joyas ¡¡cogiendo polvo!!